
PRESENTACIÓN
En mi opinión Mike Resnick es uno de los autores de la ciencia ficción moderna que más se
acerca al estereotipo del escritor prolífico que ha abordado todos los temas, dentro y fuera del
género. Tal vez no ha practicado todo tipo de oficios, pero sí parece haber escrito sobre gran
variedad de asuntos. Y mucho.
En The Enciclopedia of Science Fiction, John Clute apunta un juicio que no parece
excesivamente laudatorio para las primeras obras de un autor extraño y tal vez incómodo.
Textualmente dice que «empezó a escribir muchas novelas de varios géneros, la mayor parte
pornografía blanda y novela gótica, casi siempre bajo pseudónimos desconocidos». Añade que Resnick
abandonó la literatura fantástica tras una primera aproximación al género a finales de los años
sesenta (precisamente con novelas de aventuras inspiradas en la obra de Edgar Rice Burroughs, el
creador de Tarzán y de las aventuras de John Carter en Marte). Durante el período en que se
mantuvo apartado del género fantástico, una decena escasa de años, Clute estima que Resnick
llegó a escribir unas 200 novelas (sí, sí, ¡¡doscientas!!), tal vez de esa «pornografía blanda y novela
gótica» que tan despectivo comentario le merece.
No sé si esas afirmaciones son ciertas, ni me parece un juicio demasiado justo por lo que yo
he podido leer de Mike Resnick. En cualquier caso, es evidente que esa práctica narrativa con
centenares de obras de todo tipo ha permitido a Resnick dominar todos los trucos de un oficio en
el que destaca como pocos. No creo exagerar al decir que es uno de los mejores narradores de
aventuras de la ciencia ficción, en una época en que predomina la sofisticación y la sencillez se
convierte en la excepción. Simplemente, lean el Prólogo de SANTIAGO y comprenderán de qué
hablo. Creo que es casi imposible iniciar una novela con un alarde superior a ése. Pocas veces un
Prólogo ha conseguido transmitir al lector la ineludible necesidad de leer la novela. Y, de pasada,
centrar la historia de un mito... Pero ése es otro tema al que volveremos más adelante.
Recuerdo ahora, y ya lo he mencionado en alguna otra de estas presentaciones, un brillante
artículo de César Mallorquí publicado en BEM hace unos años. Su título es de lo más sugerente:
«¿Existe la ciencia ficción?, o qué hacer cuando tu novia del alma se mete a puta» (revista BEM, núm.
19; pedidos a Grupo Interface Editor, Apartado de Correos 2.061, Andorra), y viene a ser una
queja de un veterano lector y aficionado sobre cómo la sofisticación y un creciente mercantilismo
pueden haber cambiado para siempre la ciencia ficción.
Bueno, pues eso no parece ser ningún problema para Mike Resnick.
La obra de Mike Resnick mantiene ese interés por la aventura, por la narración de historias
y por los personajes a cuál más sorprendente, que despertaron mi interés en la adolescencia. Y
debo decir que, al menos en mi caso, todo lo que hasta hoy he leído de Resnick me ha dejado la
sensación de haber empleado bien el tiempo. Lo menos que se puede decir es que su narrativa casi
siempre interesa, es amena y, además, suele ser divertida. Y eso, en los tiempos que corren, no es
poco. Recuerdo que leí con cierta curiosidad los primeros libros que el agente español de Resnick
me envió, hace ya casi una decena de años. Se trataba de la tetralogía llamada «Tales of the Eros
Velvet, formada por Eros Ascending (1984), Eros at Zenith (1984), Eros Descending (1986) y Eros at
Nadir (1986). A grandes rasgos, son aventuras ambientadas en un burdel del espacio al que
acuden todo tipo de personajes y donde se resuelven los más variados problemas. Una cínica y
divertida crítica de la hipocresía que posiblemente no eludía algo de eso que Clute tildaba de
«pornografía blanda», y que un lector menos escrupuloso, como debo de ser yo, simplemente
consideró «exigencias del guión», dado que la trama transcurre en un burdel espacial, en un
satélite dedicado a eso que hoy, un tanto eufemísticamente, llamamos «relax».
Después leí SANTIAGO y, cuando ya casi estaba decidido a incluirla en NOVA ciencia
ficción, me encontré con la sorpresa de que, en 1992, la entonces incipiente y todavía vigente
colección CORVUS ciencia ficción de Valdemar publicaba LA DAMA OSCURA: UN ROMANCE
DEL FUTURO LEJANO (1987) a la que, lógicamente cabe considerar la posible continuación de